Aunque ya lleva camino de un año en el mercado, el modelo de Motorola del que vamos a hablar hoy sigue siendo un top debido a algunas de sus características como su procesador Snapdragon 835, una pantalla de tipo P-OLED impresionante con una diagonal de 5.5 pulgadas, etc. De ellas, hoy vamos a analizar la cámara del Moto Z2 Force, que, adelantamos ya, es una maravilla.
La cámara del Moto Z2 Force de Motorola, una dual combinada que tira para atrás
Este todoterreno nos sorprendía con una cámara principal dual. Los dos sensores CMOS, Sony IMX386 Exmor RS, son de 12.2 MPx y se dan tanto en monocromo como en RGB, uno de cada tipo. Sus lentes de apertura son f/2.0. Además, cuentan con láser, enfoque por detección de fase y también con un flash LED de doble tono.
Esta cámara dual aprueba con notable, con un 8.2 para ser exactos, siendo sus fotos de 8.4 y sus vídeos a 120 fotogramas por segundo, de 7.8.
Obviamente, no podemos hablar de un teléfono como son los buques insignia de Apple y Samsung o incluso de los Google y Huawei, pero claro, tampoco nos acercamos, ni de lejos, a los precios de estos terminales.
Sin embargo, está comprobado que los resultados de su cámara son mucho más que aceptables, por encima del precio del dispositivo. Sus detalles son muy buenos y trabaja muy decentemente en cuanto a exposición en todas las circunstancias. Además, cuenta con un efecto bokeh bastante bueno, similar a dispositivos con mejores características.
Sí nos quedamos con lo justo del rango dinámico. Lo mismo ocurre a la hora de trabajar con el zoom; este no es malo pero sí algo corto. En cualquier caso, esto se soluciona haciendo uso del Moto Hasselblad TrueZoom, que hace que el zoom del Moto Z2 Force de Motorola se multiplique hasta nada menos que por 10x. Sin embargo, como se puede suponer, las lentes dan lo que dan y este zoom máximo no va a trabajar con una máxima calidad.
La cámara delantera, por su parte, es de 5 MPx, similar a la trasera en cuanto a tipo y fabricante.
En definitiva, la cámara del Moto Z2 Force de Motorola ofrece mucho por relativamente poco. Tiene algunos aspectos a mejorar pero los buenos son, innegablemente, perfectos.